Usamos mal el término "amante". Amantes son aquellos que se aman, ya sea
de cara a la luz pública o a escondidas y cometiendo pecado mortal.
Los amantes tienen una conexión que va más allá del sexo, una
complicidad a prueba de bombas un deseo frecuentemente incontrolado por
estar no solo en el cuerpo sino en la mente del otro.
Los encuentros para tener sexo son otra cosa bien distinta. Para ser un buen "amante sexual" hay que tener madera para ello.
Punto primero y esencial: la culpabilidad. Una persona promiscua que se siente culpable de sus actos es y será un pésimo amante sexual. Ese peso del que sabe que hace algo a escondidas que puede ser descubierto, que lo vive como su parte óscura, hará que no pueda gozar nunca con claridad de esa parte que él mismo se dibuja óscura.
Hay ciertas actitudes que hacen de un encuentro de cariz sexual un verdadero sin sentido. He dedicado cierto tiempo al trabajo de campo, y atesoro anécdotas de todo tipo, dándome la oportunidad de poder enumerar aquellos actos que pueden arruinar un encuentro furtivo.
Lo más molesto: que el sujeto en cuestión salga, como alma que lleva al diablo, hacia la ducha un segundo después de terminar. Si no es porque pierde un vuelo, un tren o la vida, jamás se debe hacer eso. Al otro le estás dando el mensaje que es necesaria la purificación. ¿Tan sucio es lo que acaba de hacer? ¿Tanto le molesta ese olor, esa pringosidad? Si eso sucede puedo afirmar que, cuando salga de la ducha, yo ya estaré lejos de allí. Afortunadamente pasa poco.
La falta de higiene inicial. No se puede acudir sucio a follar. Ni oliendo mal, ni con lamparones. Si uno trabaja de cocinero, debe calcular bien el tiempo entre salir de la cocina y quedar para darse antes una ducha y no oler a fritanga. Si ha ido al gimnasio, una duchita antes de salir. Una cosa es oler a cuerpo ajeno, otra bien distinta es aparecer con un olor que no invita a abrirse de piernas. Cuando estás cachonda perdida y tienes que declinar el acto porque tu nariz no puede acercarse al follador...es un mal trago. Afortunadamente, también, pasa poco.
Que no se dejen besar después de una mamada. Pero vamos a ver, que es tu pollaaaaa!!!! ¿Qué tontería es esa? Que no somos sicilianos en plan la boca que besa la mejilla de mis niños no puede chupármela. Conozco un caso a la que le hicieron lavarse la boca para poder proceder a besar después de haberle vaciado. Para ir dando guerra no se pueden tener estas manías.
Estar mirando el reloj constantemente. Eso me pone de muy mala leche. No se puede estar en misa y repicando. Uno no puede quedar con el cronómetro, es muy estresante, te sientes como obligada a cumplir a desplegar de forma rápida y compacta todos tus encantos. ¿Que pierdes el tren? Pues coge otro. ¿Que no puedes llegar a casa más tarde de las 20:00? Pues no seas promiscuo, los demás trabajamos. ¿Que tienes que ir rapidito para recoger a los niños? Ufffff eso sí destrempa. Desafortunadamente, eso pasa mucho. ¡¡¡¡Desde aquí reivindico el slow sex!!!
El nerviosismo taquicárdico. Eso es mortal. Está bien sentir el gusanillo, estar cachondo, incluso sudar, pero ese nerviosismo paralizador es terrible. Les convierte en insecto palo, aparecen con el mástil ondeando la bandera y a la que tocas... baja. Tienes que contar hasta diez y pensar si te levantas y te vas, o, si merece la pena dar una ayudita. Los que tienen la suerte de ir a dar con una ONG cargada de paciencia pueden acabar saliendo a hombros, pero si se junta el problema del cronómetro con esto...el desastre está asegurado. Tener un gatillazo con una encamada ocasional está muy feo. Aquí no hay fortuna que valga, admito que solo se ha producido en una ocasión.
El uso de diminutivos o palabras de cariño. Entre que te llamen zorra o cari hay un amplio expectro de motes a utilizar. Lo más recomendable no nombrar, a menos que seas repetidor y tengas licencia para ello. Estar en silencio es un valor, el único lenguaje válido son los jadeos y gemidos, el resto es pura verborrea.
Preguntar qué tal ha ido. Siempre me entran ganas de decir MAL!!!. Eso no se pregunta, jamás. El que no es capaz de notar cómo ha salido la faena...no merece respuesta. Cagüen! Eso pasa más de lo que me gustaría.
En definitiva, para ser promiscuo no vale solo con tener ganas de follar... hay que saber serlo.
Feliz entrada de año a todos, a los no promiscuos también.